Que hacer para decidir XVIII

 Mei estaba retraída del susto en una de las puertas de la carroza, esperando que de alguna manera se abriese y pudiera salir de allí, pero nada. Las puertas parecían selladas de lo difícil que era abrirlas, aunque digamos que esa no era la mejor posición para abrir una puerta, y mucho menos si trataba de hacerlo desapercibida. ¿Cómo una niña pequeña pensaba en huir?, ni ella misma se entendía. Probablemente de todas las veces que vio a Finn pelear para defenderla.

-¿Qué haces Mei?- Preguntó la princesa. Al instante la mas joven se tensó.

-Nada- Respondió titubeante –S-solo trataba de recibir mas aire, tengo calor- Musitó la pequeña.

-Perdón por lo de antes- Suspiró- No debí tratarte así, simplemente fue que hoy tuve un fuerte dolor de cabeza al despertar y aún tengo la molestia-

<< ¿Estaría diciendo la verdad?>> Pensó la pequeña, <<Imagino que si, Finn parecía confiar mucho en ella>>.

-No se preocupe princesa, es algo normal- Una leve sonrisa se formo en su rostro.

<<Perfecto>>, pensó ahora la pelirosa mientras volteaba su rostro nuevamente a la ventana, esperando un paseo perfecto y sin interrupciones, pero nuevamente una voz infantil retumbo en sus oídos.

-Princesa, esto no parece el camino a la casa del árbol- Dijo la sirena volteando hacia la pelirosa.

-No te preocupes- Respondió PB –Vamos hacia la playa. Finn me comentó que tenía ganas de mostrarte todo lo nuevo que había desde que estuviste congelada, y le ofrecí un viaje en barco por una gran parte de Ooo– Mostró una sonrisa forzada, que la niña no pareció notar.

-Genial- Volteó nuevamente hacia la ventana, pero antes de completar el recorrido con su cabeza regreso su mirada hacia la princesa. -¿Y mi ropa?, no puedo andar por mucho tiempo con esto- Se miró a si misma contemplando su vestido, el cual ya tenía algunos rastros de comida y arrugas por las horas que durmió.

-Oh, no te preocupes, mandé unos bananaguardias a buscar tus ropas, de seguro pronto llegaran-

-¿Y porque Finn no las trae?-

Un dejo de irritación ya se mostraba en el rostro de la mayor.

-Porque el tenía asuntos que atender. Los bananaguardias también traerán las ropas de Finn-

-Oh- Exclamo la pequeña –Gracias princesa- Volteo su rostro hacia la ventana nuevamente, al igual que la anteriormente nombrada-

<<Si supiese lo que vivirá dentro de poco tal vez no me agradecería>> Compadeció la pelirosa. Pero…, ¿Por qué lo hacía?, ella lo había planeado todo rigurosamente para hacer sufrir a Finn, mas, sentía la tristeza, ella siempre había sido amada por su súbditos gracias a su amabilidad, cariño, devoción a su pueblo. Y ahora estaba secuestrando a una niña por un capricho de amor.

 La carroza paso por un corto camino de piedras, lo cual la sacó de sus ensoñaciones gracias al rebote de este, lanzó un grito al bananaguardia para que tuviese cuidado y recordó su objetivo inicial. Sacudió la cabeza para centrarse en lo que estaba haciendo. Todo era por Finn, y  cada acción valía la pena. Por mucho que le fuese a costar, <<Perder a sus “Amigas”>>, <<Deshonra>>, <<Súbditos>>, empezó a analizar lentamente. Reaccionando a todo lo que perdía por una persona que tal vez… que no la quería a ella.

Chocaron con otra piedra mas grande en su camino, que la hizo golpearse contra la puerta del carruaje y ocasionar que gritará nuevamente, olvidando todo pensamiento de bondad que había tenido anteriormente.

Colocó una mano en su cabeza y miró hacia fuera, ya notando como llegaban a su destino.

-¿¡COMO QUE SE LA LLEVO!?- Gritó Finn con desesperación-

-Como escuchas hermano, PB vino y se la llevo- Respondió titubeante y con susto el canino.

-¿¡PORQUE LA DEJASTE IR?!- Gritó nuevamente, sentía que su volumen de voz no bajaba, sino que aumentaba aún mas.

-Ella llegó y dijo que tu la habías mandado ya que tenías asuntos que atender- El perro ya empezaba a notar la preocupación de su hermano, mientras que gotas de sudor caían por su rostro por los nervios.

Finn sujeto sus cabellos sueltos con sus manos, como si se los fuese a arrancar por la desesperación, dio una vuelta en el lugar y miró nuevamente al can, con aspecto mas calmado.

-¿Qué asuntos podría atender Jake?, Dime-Cuales- Preguntó pausado y con rabia.

-Y-yo, yo no lo se Finn, llegaste después de casi dos años. Llevas una semana aquí y yo no sabía que podrías haber hecho… -Mantuvo el silencio durante unos segundos, que me parecieron años- donde sea que hayas estado-

 Finn bajó la mirada con el ceño fruncido y la mano estrujando sus ojos, como si evitase el llorar. Marceline no sabía que hacer, pensó en colocar su mano en el hombro del joven y decirle que todo estaría bien, estuvo a punto de hacerlo pero sintió el calor en su brazo <<El sol>> Pensó y suspiró, así no se podía llevar una vida normal. Pero a Finn no parecía importarle que ella fuese un vampiro y que viviría para siempre, mientras que el envejecía y la dejaba atrás… La dejaba atrás. Sus pensamientos tornaron de cariño a tristeza cuando una sacudida de hombros la hizo reaccionar de que el sol estaba apunto quemar la tela de su guante.

-Marcy- dijo el ojiazul -¿Estas bien?-

La mayor sacudió la cabeza –Si, si, todo bien, solo pensaba- Respondió observando su brazo.

-Jake me dio un indicio de hacia donde iba el carruaje en el que se fue Mei-

<< ¿Si?>>, estuvo a punto de preguntar con curiosidad, mas recordó que ella debía de haber estado prestando atención a lo que hablaban.

-Entonces vamos- Dijo Marceline, sin la mínima idea de por donde empezar a caminar.

Jake veía como Finn y Marceline se alejaban del lugar a paso veloz, al verlos desaparecer dio la vuelta y caminó hacia Arcoiris, que lo esperaba junto a sus pequeños.

Suspiró.

Arcoiris mandó a los pequeños a jugar afuera (En realidad no deberían de ser pequeños ya que en la serie paso un mes o menos y ya eran mayores, deberían de estar muertos pero… es mi jodida historia y crecerán como seres normales… supongo ._.) y estos obedecieron a su madre. Cuando cerraron la puerta tras sí Arcoiris abrió la boca para decir algo, mas fue interrumpida.

-No se que pasó entre Finn y PB, ni mucho menos porque se enojó tanto al saber que estaba con Mei- Respondió Jake, como si leyese los pensamientos de su… ¿Esposa? (Npi).

(Ahora supongan de Lady le habla en Coreano a Jake y ustedes por arte de los Gaticornios lo ven en español(?)  -¿Crees que lo haya lastimado?- Pregunto Arcoiris

-No tengo idea. Pero tiene que ser algo muy malo como para que Finn tenga esa actitud.

Lady suspiró.

-¿Crees que debamos ayudarlos?- Preguntó Jake.

-No lo se, creo que es mejor que ellos resuelvan sus problemas sin nosotros -

-Tal vez tengas razón-

Finn caminaba… trotaba, hacia la Casa del Árbol. Marceline le había preguntado anteriormente el porque había cambiado su camino, pero el decidió no explicarle nada y seguir con lo que hacía. Justo al llegar entro rápidamente hacia su casa, su primera duda era correcta. La puerta de la casa se encontraba abierta. Siguió caminando, segunda duda correcta, escuchaba pasos que no eran suyos, tercera duda, subió hacia las habitaciones y corrió al cuarto de Mei.

Tercera duda correcta.

-¿Por qué tocan las cosas de Mei?- Preguntó con rabia y acercándose a paso firme hacia los bananaguardias, estos retrocedieron mientras que uno se acercaba serio-

-Por órdenes de la princesa vinimos a recoger las ropas de la joven Meiren-

 Respondió firme el jefe de los bananaguardias, mas el Rubio no le dio importancia y asentó un golpe en todo el rostro de la banana (?). Esta última cayó al instante mientras que los otros se acercaban con lanzas firmes hacia Finn, este en pocos movimientos los derrumbó a todos y se acerco al cuerpo del Jefe, agachándose hacia este, encerrándolo entre sus piernas mientras que con sus manos sostenía sus hombros para evitar el movimiento (Eso se podría malpensar, mas ustedes son unos ángeles y no lo harán, ¿Verdad *-*? (SigueSoñandoCatherineSigueSoñando). Pero que se podía hacer, los bananaguardias, que digamos, no son unos tipos muy duros-

-¿Dónde esta Mei?- Preguntó Finn con rabia.